En el centro de Guayaquil hay
otras opciones para disfrutar del pescado frito. Están la picantería de Don
Juan, en avenida del Ejército 1026 y Clemente Ballén; Vitamina del Mar, en
Lizardo García 709 entre Sucre y Colón; Picantería La Culata, en General
Córdova 518 y Mendiburu y la Cevichería Aquí está Marcelo.
Juan Molina, de 70 años, es el
dueño de Picantería Don Juan, es oriundo de Azogues y vino a Guayaquil cuando
solo tenía 16 años y muchas ganas de trabajar. Se casó muy joven, a los 21, y
se aventuró a poner una carretilla en Tulcán, entre 10 de Agosto y Ballén.
El pescado frito que obtuvo
reconocimiento. Su sazón lo hizo merecedor de ser incluido entre las treinta
mejores huecas de Guayaquil luego de ser evaluado por los alumnos de siete
escuelas culinarias, los que levantaron información en siete sectores de las
parroquias urbanas Tarqui, Rocafuerte, Carbo, Roca, 9 de Octubre, Bolívar,
Olmedo, Ayacucho, Ximena y Pascuales; y las rurales de El Morro, Posorja y
Varadero. Además será parte de la Guía oficial Gastronómica de Guayaquil.
Se utiliza carne de nuca y
costilla de cerdo. Se trocea.
En una paila de bronce se fríe en
poquito aceite la carne de cerdo hasta que vaya sellando por todos lados, se
agrega el ajo licuado. Cuando va sellando se agrega el comino, la pimienta, la
cebolla blanca. Ya estando dorada se agrega un litro de agua por cada kilo de
fritada.
Demora mas o menos unos 35 o 40
minutos hasta que el agua se seque y se cocine la carne.
Cuando esté lista se saca la
carne y se sella en la propia grasa de cerdo hirviendo para que quede bien
doradita.
Para servir se acompaña con salsa
de cebolla criolla, tomate fresco en cuñas, lechuga picadita, rodajas de
aguacate. Además, papas chaucha cocinadas, chifle (verde frito), maduro frito,
mote revolcado, que es mote calentado en la grasa de la paila de bronce.
Esta delicia vino de la Sierra a
la Costa y muchos lo saboreamos a menudo. Un plato muy delicioso que podemos
degustar y disfrutar en familia.
Comer cangrejos es una sabrosa ceremonia nocturna de Guayaquil. Quienes lo visitan aseguran que son los mejores.
La cangrejada vale servirse en la noche, sobre la acera están las mesas con sus respectivas tablas y mazos. No falta la salsa de ají. Tampoco las cervezas heladas que rabiosas botan espuma.
La escena ocurre en Los Ríos entre Pedro Pablo Gómez y Ayacucho. En Ochipinti, el cangrejal más popular de Guayaquil. Ahí, se cocinan los cangrejos al aire libre en una olla inmensa de la que brota un aroma a crustáceos, hierbas e ingredientes secretos.
Laborando en esa olla y envuelto en humo como un alquimista del sabor está Jorge Briones Monserrate, conocido por todos simplemente como Ochipinti.
Con valores muy módicos todo Guayaquileño que se respeta va a deleitarse de este manjar para su boca.
Su preparación es distinta a las demás, es un secreto.
La guatita es un plato típico de Ecuador a base de mondongo o
también conocido como librillo, estomago o panza de res, entre otros nombres,
se cocina el mondongo con papas en una rica salsa de maní. La guatita es uno de
eso platillos que provoca reacciones previsibles: 1) si lo has probado antes y
te gusta se te hace agua la boca con ver un plato de guatita, 2) lo has probado
y simplemente no te gusta, 3) si nunca has probado ni guatita o ningún otro
plato preparado con mondongo y no te parece muy apetitoso te parece uno de esos
platos exóticos y raros, 4) has comido mondongo antes preparado de manera
diferente pero no te convenció del todo y tienes la tentación de probar una
versión diferente.
Para mí personalmente hay muy pocos platos preparados con
mondongo que me gustan y solo puedo comerlo en cantidades pequeñas porque el
sabor es muy fuerte y me empalaga, pero la guatita es diferente, puedo comer
varios platos y no me canso, la salsa de maní con papas lo hacen exquisito y el
mondongo esta picado en pedacitos muy pequeños, acompañado con arroz, cebolla
encurtidas, tomate, aguacate y ají se convierte en una combinación perfecta.
Tengo que mencionar que la guatita también es muy conocida
como un remedio perfecto para el chuchaqui o resaca, es muy frecuente encontrar
a los restaurantes que se especializan en guatita completamente llenos muy
temprano los sábados y domingos.
En Guayaquil, en donde adquirió renombre durante los 80, fue
bebida de braceros y de poblaciones marginales. Hoy lo consumen desde reinas de
belleza y deportistas, pasando por ejecutivos de grandes compañías,
presentadores de televisión.Mirado con cierto desprecio durante décadas, el “morocho” es
una bebida que al tiempo que ha ido bajando de la Sierra para instalarse en los
hogares de la Costa, también ha empezado a ganar prestigio y posición social.De hecho, he visto muchos hoteles y restaurantes de primer
nivel de la ciudad que ya lo ofrecen en sus cartas y menú del día.
Podemos degustar de esta bebida con tan pocos ingredientes
como: 1/2 libra de morocho partido, 2 litros de leche, 1 libra de azúcar, canela en rama al gusto, canela en polvo al gusto, pimienta de olor al gusto, pasas al gusto.
Considero que morocho ha logrado lo que ha sido esquivo en
política: un puente de comunicación entre la Sierra y la Costa, lo podríamos
llamar como una integración gastronómica.Adjunto link: